Partes del Cerdo Ibérico

El cerdo ibérico es una de las joyas gastronómicas de nuestra cocina. Su carne, caracterizada por su infiltración de grasa y su sabor inconfundible, se ha convertido en un producto estrella en restaurantes y cocinas de todo el mundo. Pero, para aprovechar al máximo sus cualidades, es fundamental conocer el despiece del cerdo ibérico y cómo cada corte puede aportar distintas texturas y sabores a nuestras recetas. En este artículo, te guiamos a través de cada parte del cerdo ibérico, desde el lomo ibérico hasta el rabo, y te mostramos cómo sacar el máximo partido a esta carne excepcional. Además, puedes consultar nuestra selección de carne de cerdo ibérico para disfrutar de los mejores cortes.
Despiece del cerdo ibérico
El despiece del cerdo ibérico es un arte que permite aprovechar al máximo cada una de sus partes. Su característica grasa infiltrada y su vetado de grasa hacen que sus cortes sean jugosos y sabrosos, ideales para distintos tipos de cocciones, ya sea a la plancha o a la parrilla.
A continuación, te detallamos las principales partes del cerdo ibérico y sus usos gastronómicos:
Jamón ibérico
El jamón ibérico proviene de las patas traseras del animal y es uno de los productos más valorados de la gastronomía española. Su maduración prolongada y su exquisito sabor lo convierten en un auténtico manjar.
Lomo ibérico
El lomo ibérico se extrae de la parte posterior del cerdo y es una de las carnes más magras y sabrosas. Se suele curar con especias o preparar fresco a la plancha.
Solomillo ibérico
El solomillo ibérico es una pieza noble, muy tierna y con una cantidad de grasa equilibrada. Es ideal para cocinar al punto y realzar su jugosidad.
Lagarto ibérico
El lagarto ibérico es un corte menos conocido, pero sumamente tierno. Se encuentra entre las costillas y es perfecto para asar o hacer a la plancha.
Presa ibérica
La presa ibérica es una de las piezas más valoradas por su jugosidad y veteado de grasa. Se encuentra en la parte superior de la paleta y se puede cocinar a la brasa o en guisos.
Pluma ibérica
La pluma ibérica es un corte que se encuentra en la parte posterior del lomo. Su textura tierna y su infiltración de grasa la hacen perfecta para parrilla o plancha.
Abanico ibérico
El abanico ibérico es la carne que rodea las patas delanteras. Es un corte jugoso y perfecto para la parrilla, gracias a su equilibro entre carne magra y grasa.
Costilla ibérica
Las costillas ibéricas son un clásico del asado. Su carne jugosa y su capa de grasa las hacen ideales para cocinar al horno o a la barbacoa.
Paleta ibérica
La paleta ibérica proviene de las patas delanteras del cerdo. Aunque es más pequeña que el jamón, tiene una carne deliciosa y bien infiltrada de grasa.
Carrilladas ibéricas
Las carrilladas ibéricas son las mejillas del cerdo. Son muy tiernas y melosas, ideales para guisos lentos y estofados.
Tocino ibérico
El tocino ibérico se obtiene de la grasa del cerdo ibérico. Se usa para aportar sabor a guisos, embutidos y otros platos tradicionales.
Panceta ibérica
La panceta ibérica es muy apreciada por su equilibrio entre carne y grasa. Se puede freír, asar o incluir en guisos.
Rabo ibérico
El rabo ibérico es una pieza gelatinosa, perfecta para guisos tradicionales. Su cocción lenta permite que la carne se deshaga en la boca.
Conclusión
Conocer las distintas partes del cerdo ibérico te permitirá sacar el máximo partido a esta carne excepcional. Ya sea en guisos, a la brasa o curado, cada corte tiene su propio encanto y aplicaciones en la cocina. Si buscas la mejor carne fresca de cerdo ibérico, explora nuestra selección y descubre por qué el ibérico de bellota es un referente gastronómico en todo el mundo.